miércoles, 27 de junio de 2012

CAPÍTULO 12


Todo estaba bien, perfecto. Parecía un sueño. No quería que lo fuera.
Cuando todo va tan bien, cuando no quieres que cambie ni el más mínimo detalle, también sientes miedo. Ese miedo de pérdida, porque sabes que tarde o temprano, lo bonito va a desaparecer, como por arte de magia, se esfumará. Nada es eterno. ¿Y qué puedes hacer? Supongo que solo aprovechar el momento. No quieres despertar, ni pensar en el resto del mundo, solo quieres ser egoísta, solo por un momento… Disfrutar de lo que tienes.
Me coge de la mano, delante de mí, me guía quien sabe a donde.
Me la aprieta con fuerza y me susurra ‘ Cuidado’.  Nos adentramos en el mar, por un paseo de rocas que parece llegar al corazón del océano. Un mundo.
Caminábamos por esas rocas emergidas del centro del mar como dos niños pequeños explorando un nuevo lugar, juntos, el chico protegiendo a la chica. Pero Will parecía saberse muy bien el camino.
Por un momento me resbaló, mi pie se roza levemente el agua. Sin quererlo, tiro de la mano de Will que se gira.
-Eh, te he dicho que cuidado pequeña…
Seguimos avanzar hasta llegar a una roca poco más grande que las anteriores, donde cabían  apenas tres personas, la última roca del paseo.
El mar estaba calmado, apenas había olas. Fue entonces cuando Will se puso de cuclillas y llevándose los dedos índices de ambas manos a los labios emitió un silbido especial, largo, dos veces seguidas y pronunció esa curiosa palabra : Narell
-¿Will? ¿Esto que es? ¿Una especie de ritual?- reí acuclillándome a su lado.
-Shhh- su mano tapó mi boca.
- Dimelo.
-Shhhhh, niña caprichosa.
El agua empezó a formar ondas cada vez menos concéntricas, la calma del océano comenzó a desaparecer.
Y justo cuando algo estaba a punto de emerger de entre las aguas, Will se levantó de un salto  a la vez que extendió su mano izquierda y volvió a pronunciar: Narell.

UN ESPECIAL (Para todos aquellos que aun no han leido nuestra historia)

Para los que aún no han leído nada de ''Australia, un sol lleno de promesas'' porque llevamos muchos capítulos, por simple pereza como suele pasar y cuesta engancharse desde el principio, leed esto.




Simplemente un aviso de que te puedes enganchar a partir de cualquier capítulo, sabiendo lo básico claro, que es :
- Catri es nuestra protagonista, tiene 16 años y está de viaje a Australia por razones que aún se desconocen, aparentemente simples vacaciones con su madre.
-Will es un chico, tipico australiano, amante del surf, del mar, dispuesto a enamorarse y al que acaba de conocer Catri de una manera especial
-Si hablamos de Martina (es la madre de Catri), de Kate (su amiga de australia) o de Selena (su mejor amiga)




Sabiendo esto ¿A qué esperas para sumergirte en Australia? ; )

jueves, 3 de mayo de 2012

Capítulo 11



De la total oscuridad empiezan a emanar los suaves y primerizos rayos de luz, el sol empieza a calentar esa arena fría que ha sido tu cobijo esta noche, el  calor te acaricia la piel, el sol te esboza una sonrisa, vas tomando conciencia; es la primera vez que duermes en la arena, la arena de una playa lejos de tu hogar, en un lugar especial, acompañada de alguien que está comenzando a ser algo más que un momento de debilidad.
 Reaccionas al primer beso de buenos días  en los labios que te han dado, el primero. Escuchas un ‘’Buenos días dormilona’’, vas percibiendo todo tu alrededor, el oleaje golpea con suavidad las rocas cercanas, la luz comienza a ser total, el cielo es del azul ‘del cielo’, azul ‘verano’, azul ‘sus ojos’. Sabes dónde estás, el lugar exacto, acaricias la arena con suavidad, y recuerdas cada uno de los detalles que viviste esa noche en cada lugar. Las promesas. Las miradas y todos y cada uno de los sentimientos producidos, como te ruborizabas cuando te encontrabas con una mirada, como te estremecías con el roce de su piel…
Todo estaba bajo control, no había preocupaciones, por un día no.  Kate merecía un monumento por todo lo que estaba haciendo por mí, y si en esos instantes lo hubiera sabido, pensaría que merecía mucho más que eso.
Pequeñas gotas de agua cristalina llegan a tu espalda, Will había dejado atrás todo su cariño para pasar al lado de su picardía, a su lado de crío, a su lado de hombre. Te retaba a un duelo iniciando una pelea con agua, mojándote. Era idiota… Corro a su lado y comienza una pequeña guerra dentro del mar, carreras a lo largo de la orilla, pequeñas ahogadillas, abrazos y peleas, causadas única y exclusivamente para tener una reconciliación en toda regla, una reconciliación de, no sé si atreverme aún, de enamorados. Juntamos sonrisas. Te susurran un ‘’Hola fea, te echaba de menos’’ y sientes que te debilitas y pierdes la batalla. Un abrazo más. Y un ‘’Ven, quiero enseñarte algo’’
Nos tendemos en la arena, lo observo, coge su móvil y me pone una canción de Backstreet boy, la que iba a ser nuestra canción.
Decía esto:
 I promise you,
from the bottom of my heart
I will love you till death do us part
I promise you as a lover and a friend
I will love you like I never love again
With everything I am
I see you look at me,
when you think I'm not aware
You're searching for clues,
of just how deep my feelings are.
How do you prove the sky is blue?
All I know is how I feel,
when I look into your eyes.
Que sería algo como :
Te lo prometo
Desde el fondo de mi corazón. Te amaré hasta que la muerte nos separe. Te lo prometo cómo un amante y como un amigo. Te amaré cómo nunca amaré más, con todo lo que soy.
Veo que tú me miras
Cuando piensas que no estoy consciente
Estás buscando por pistas, lo profundos que están mis sentimientos
¿Cómo pruebas que el cielo es azul?
Todo lo que sé es lo que siento, cuando te miro a los ojos.
Coagulo de sentimientos en el estómago, no sabía que decir, qué pensar, ni siquiera cómo sentirme, solo sentía millones de mariposas haciendo party hard dentro de mí, entre la espalda y el pecho, sin parar.
No tuve que decir nada, lo hizo por mí.
-¿Te gusta la canción Catri?
-Muchísimo…
-Nuestra canción.

viernes, 27 de abril de 2012

CAPITULO 10


Tan solo la luz de la luna y unas pocas farolas alumbraban el camino hasta nuestro destino, desde la carretera se podía ver el mar, y era precioso. La luna reflejada en él, en toda su totalidad, las olas romper contra las rocas, alguna que otra lucecita en la arena, una linterna, un móvil, gente que iba a la playa a compartir una noche de su vida.
Giramos a la derecha, alejándonos de la ciudad, acercándonos a una playa más desierta, más oculta, más como era la nuestra.
Paró la moto con suavidad y aparcó rozando la arena.
W- Ya puedes bajar gorda ¿o hace falta que te ayude?
Cat- Vale, ¿Y ahora?
W- Te he traído a una playa muy bonita, hay mucha calma, no hay nadie, es ideal… ¿No dejamos ayer algo pendiente?
Cat- ¿Will?
Will rió.
W- Jajajajaja que tonta, eres anda ven.
Se colocó detrás de mí, me besó en el hombro.
W- Déjate guiar ¿vale? . Solo vamos un par de pasos más adelante.
Cat- O sea que la sorpresa no era esta playa…
Sentí como sus manos me tapaban los ojos  y solo me dejé llevar.
W- Cuidado que vamos a pisar un poquito el agua- me advirtió.
Puse mis manos sobre las suyas.
Cat- ¿Will queda mucho? ¿No irás a asesinarme y tirarme al mar o algo así no? Jajajaja
No sé porque dije eso la verdad, no había sentido miedo con él ni un instante, todo lo contrario, confianza.
Volvimos a pisar arena, quitó sus manos de mis ojos arrastrando las mias.
Estábamos en una pequeña cueva, era como una pequeña isla, tenía su propia arena y un pequeño lago salado dentro de ella.
Había luz allí dentro y eso fue lo que más me llamó la atención, la luz salía de cientos de velitas puestas en la arena, no formaban ningún dibujo pero decoraban un montón.
W- ¿Es bonito verdad?
Cat- Muchísimo…
W- Si te digo la verdad hemos empezado por el postre, nos queda otra sorpresa más pero no podía resistir enseñarte esto. Nos vamos ya ¿vale? Ahora volveremos a disfrutar de esto.
Cat-Como quieras-
Me cogió de la mano y me llevó paseando por la orilla hasta el lugar donde se encontraba la moto.
Volvímos a tomar la curva y seguimos la carretera en línea recta como 10 minutos, poco a poco la oscuridad iba siendo remplazada por pequeñas luces de una playa.
Nos bajamos en la feria del Puerto de Perth, miles de luces iluminaban el paseo de la playa, la arena parecía de mil colores, y cientos de puestos la cubrían.
Pasábamos fijándonos en los pequeños puestos de algodones de azúcar, ropa, cocos, pero no nos parábamos en ninguno.
A mi izquierda había un pequeño hueco entre dos tiendecitas en el que se había colocado una niña pequeña con una toalla extendida en el suelo en la que exponía sus tesoros. Me acerqué a ella y me puse a su altura, en cuclillas.
Cat- Hola pequeña. ¿Vendes todas estas cosas?- le dije mostrando todo mi interés.
Niñ- Sí señorita, tengo conchas de mar que yo misma he cogido y muchas más cosas. Mira tengo pulseritas de princesa.
Cat- Vaya… ¿no tienes anillos?
La pequeña puso un gesto de desilusión.
Will intervino.
W- ¿Para qué quieres un anillo?
Cat- No sé, me gustan..
Niñ- ¡Yo lo sé!
Cat- Ah ¿sí?- le dije extrañada pues no tenía en mente ningún motivo por el que comprarme un anillo. Era simple gusto.
W-¿Lo sabes peque? Si me lo dices te compro una conchita rosa…
La niña asintió, se acercó a su oído y le susurró algo.
Will comenzó a reírse sin parar.
W- Jajajaja, voy a hacerte caso peque y voy a hacer lo que me acabas de decir…
Cat- ¿Qué pasa Will?
Niñ- ¡Es un secreto!
W- Jajajajaja sí- dijo todavía riendo- Bueno cariño te dejamos aquí, toma el dinero de tu conchita, me llevo ésta rosa.
Niñ- Adiós- dijo la pequeña sonriendo y agitando su brazo. Estaba orgullosa, había hecho su primera venta.
Nos acercamos a un puesto de abalorios que había al final del puerto y me entretuve bastante mirando los collares, pulseras, anillos y signos de la suerte y el zodiaco. Lo típico.
Fui a preguntarle a la tendera el precio de un collar de cuentas y ví a Will pagando algo.
Cat- Eh! ¿Qué compras?
W- Eh! ¿Por qué quieres un collar si yo te regalé uno precioso?
Me toqué el cuello y ahí estaba, el collar de nácar de Will.
Cat- Es verdad…
Salimos del puerto y volvimos a la pequeña cala.
Las velas estaban apagadas pero la arena seguía cubierta por la gran manta
Antes de sentarme en ella Will me cogió las manos delicadamente, me sonrió, juntó su nariz con la mía y acto seguido puso una rodilla en el suelo. Sin dejar de mirarme a mis extrañados ojos sacó algo de su bolsillo, un anillo. Me lo mostró y me dijo:
Catrina, ¿te quieres casar conmigo?.
Cat- Eres idiota…- dije mirando con un brillo más especial en los ojos, sonriendo.
W- ¿Ves?, tu no sabes decir te quiero, ésta es tu forma de hacerlo. Me miras a los ojos, te ríes y dices eres idiota..  Pero te he pillado sol, y me gusta que me lo digas, porque ya sé que significa.
Cat- En ese caso… Sí, quiero casarme contigo, acepto.. Ah, Idiota...
Y me abrazó, con ganas, con felicidad, riendo.
W- Yo si sé… Te quiero.

jueves, 26 de abril de 2012

Australia

Hola chic@s, queríamos informaros del porqué de estas semanas sin subir capítulos.
Pues bien como dijimos anteriormente, estamos en una época un poco agobiante como la mayoría de vosotr@s sabréis. Asi que os agradecemos esa paciencia que habéis tenido. Mañana o pasado mañana Australia (Un Sol lleno de promesas) vuelve con los siguientes capítulos y esta vez pisando más fuerte que nunca ; )
PD_ A L@S QUE AÚN NO HAYAIS LEIDO NUNCA AUSTRALIA,  Podeis engancharos desde cualquier momento, son pocos los capítulos que llevamos subidos y nunca es tarde, os prometemos que os va a gustar. Muchas gracias y no dudeis en comentar

domingo, 1 de abril de 2012

Capítulo 9.



Se había hecho de noche. Había pasado el día completo con mamá y Kate y ni siquiera lo había visto por la playa. Will aparte de quedar o dejar de hacerlo conmigo tenía su vida, su familia supongo y necesitaba su tiempo. Pero concretamente hoy no nos habíamos visto por motivo de su torneo de surf que tendría lugar en apenas unos días y él tenía que prepararse y concentrarse poniendo en ello su cuerpo y alma.
Como iba diciendo era de noche, y desde la noche anterior no lo había visto. Estaba nerviosa, mucho. No habíamos hablado desde entonces y lo que pasó bajo ese puente de promesas fue algo nuevo para mí. No me lo había quitado de la cabeza y ahora lo tenía claro. Quería hablar del tema con él.
Lo estaba esperando en una tumbona cerca de la piscina, no podía seguir esperando en mi habitación, los nervios me comían por dentro y bajé.
Miré al horizonte, al mar, ni eso me calmaba ya.
Inspiré y me dije a mi misma: Va Catri, ha sido algo natural, no le des vueltas. No es para tanto. Will se reirá de que le saques un tema tan tonto. Él lo habrá hecho miles de veces, así que cálmate.
No me sirvió de nada ya que mis nervios se dispararon al verlo aparecer. Llevaba una camisa blanca y unas bermudas. Su piel bronceada se pronunciaba mucho con el color de su ropa. Sabía sacarse partido. Iba pensando en sus cosas, mirando al suelo, con las manos en los bolsillos.
Era guapo, guapísimo y por naturaleza y lógica debería de ser también creído, debería.
Se sentó a esperar en una tumbona, una tan cercana a mí que me impresionó que siguiera sin percatarse de mi presencia. Me limité a observarlo unos instantes, lo miraba sonriendo, algo inevitable.
Se tumbó con las manos apoyadas en la cabeza, pensativo. Luego sonrió y rió mostrando su perfección con cada gesto.
Me llevé los dedos índice y pulgar a la boca y silvé. Miró hacia mí. Sonrió y empezó a acercarse. Me levanté y me coloqué el vestido.
Me cogió por la cintura, me levantó, giró conmigo en brazos y en medio de un beso noté como sonreía.
La gente de la piscina miraba, pero no nos importaba. Sacó una flor blanca de su bolsillo, intacta, en perfecto estado. Me la puso en el pelo con su gesto más delicado y me acarició la cara dejando que apoyara mi mejilla en sus dedos. Me pellizcó suavemente.
W- Te va a encantar el sitio de hoy- me dijo muy bajito.
Cat- ¿Otra sorpresa?
W- Se puede decir que sí, llevo unos días pensándola asique espero que te guste de verdad.
Cat- No te pongo en duda. Sé que me gustará.
Subimos a su Vespa azul. Arrancó moderando la velocidad. Me agarré a su cintura. Will jugaba con el manillar, acelerando y dejando de hacerlo para que me aferrara a su espalda con más fuerza. Me paré a pensar de nuevo en el tema y decidí quitármelo de la cabeza pues no era  un momento digno de estropear. Will tenía su sorpresa y yo dos meses completos, 60 días y millones de momentos para hablar del tema. Hoy tocaba dejarse llevar.

sábado, 24 de marzo de 2012

CAPÍTULO 8


Al cabo de dos minutos llegamos al punto en el que habíamos quedado con Mark. Bajo una farola con poca iluminación, se encontraba puntual, un hombre sonriente. Al vernos, o mejor dicho al ver a mamá, su sonrisa aumentó.
La estrechó entre sus brazos y luego , cordialmente, me dio dos besos.
Mi primera impresión de él fue buena. A pesar de que las ganas de conocerle iban desapareciendo a cada segundo. Era alto, metro ochenta, castaño, bastante morenito y tenía los ojos claros.
Mientras caminábamos por el paseo Mark nos contaba anécdotas, experiencias y mil cosas más. Era un hombre inteligente, vividor, y se veía seguro consigo mismo , y eso ,era bueno para mamá. Tendría unos cuarenta y tantos…
Nos llevó a una pizzería típica de Australia, ‘’Hell pizza’’. Y allí comenzaron a conversas animadamente, participando ambos en la conversación, riendo, corrigiéndose…yo apenas hablaba, apenas existía, lo único que me apetecía era dejarlos solos con su complicidad y llamar a una amiga, a alguien.
Cat- Mamá…Voy al baño-
Bah, ni siquiera me escuchaban. Me acerqué a la barra y con un perfecto inglés pedí las llaves del servicio.
Listen to me, there’s only one thing you cannot see every time you talk… Era el nuevo tono de
llamada de mi BB, Stop the clocks. Alguien me llamaba.

Cat- ¿Si?
X- Catri, ¿Dónde estás?, tengo ganas de verte.
Cat- Will!, yo también, hoy necesito a alguien…
Will- ¿Pasa algo? ¿Estás bien?
Cat- Sí, no pasa nada, estoy en un restaurante con mamá y Mark, ven a recogerme.
Will- ¿Mark? ¿Quién es? ¿Un chico?
Cat- Si, es un chico,pero el problema es que es el chico de mamá.
W- Ah… vale, paso a por ti.
Cat- Estoy en Hell pizza, no tardes, Te quiero.- Colgué sin dejarle tiempo a responder. Y caminé de nuevo esquivando mesas y gente hasta que llegué a mi mesa. Intenté no hacer ruido al retirar la silla para sentarme, pero me fue imposible.
Cat- Perdonad si interrumpo algo…
Mark- No interrumpes nada Catrina.
Cat- Puedes llamarme Catri, es más informal y me gusta más.
Mark- Como quieras Catri…-Dijo sonriendo.
Le devolví la sonrisa.
Intentaba caerme bien, lo sabía desde el primer momento que lo ví. Miré a mamá, sonreía.
Cat- Por cierto mamá va a venir Will a por mi, vamos a ir a dar un paseo…
Salí a la puerta justo en el momento en el que Will entraba.

W- ¿Quieres que vayamos a la playa?

Cat- Que remedio.. No hay otro lugar.

W- Podríamos ir a tu habitación.

Cat- Ya…-dije riéndome, sin tomarle en serio.

W- ¿Crees que va en broma?- dijo mirándome.
Aquella situación me comenzó a inquietar. Esa conversación y esa situación. ¿Qué me estaba sugiriendo? Si yo era una cría, madre mía, estaba de vacaciones para pasarlo bien y lo único que hacía era darle vueltas a la cabeza, y más por él que por otra cosa.
Pero sin embargo le miraba y uf…. Es como si el mundo desapareciera.
Cat- ¿Quieres ir?- contesté finalmente, con tono comprensivo.
W- Jajajaja- Will se empezó a reir-Que tonta, te has puesto nerviosita eh…- me dijo estrujándome una mejilla.
Cat- Ai, eres idiota.
W- Pero ahora enserio Catri, ¿quieres que hablemos del tema?
Cat-La verdad es que no…
No me apetecía para nada hablar del tema con él, ya me costaba hacerlo con mis amigas…
Will paró de andar un instante. Me paré a ver qué pasaba, no sabía porque se había parado en seco. Entonces lo miré a los ojos, y ahí estaba él. Mi Will, dulce, comprensivo, sonriéndome.
W-Ven aquí anda.
Me acerqué. Seguía sonriendo  me estrecho entre sus brazos…Me apretó con mucha fuerza y yo hice lo mismo, nos fundimos en uno, fue un abrazo de comprensividad, de decir, aquí estoy yo para protegerte, no te preocupes… fue un abrazo que nunca olvidaré.
Luego empezamos a caminar uno apoyado en el otro, abrazándonos, y sin un rumbo fijo, el destino nos llevó a mi hotel.
Eran más de las doce y estaba casi desierto. La gente a esa hora dormía o paseaba por la playa o estaba en el bar del hotel. Nosotros nos dirigimos a la piscina.
W- Nunca me había fijado, pero este hotel es inmenso.
Cat-Bueno…tiene la ventaja de tener tres piscinas, una más expuesta y luego ésta, que es más escondida, es más intima, no sé, está bien.
W-Está perfecta-dijo acercándose por la espalda y rodeándome con sus brazos por la cintura.
Me arrastró hasta el filo de la piscina dónde nos sentamos. Apoyé mi cabeza en su hombro, me besó la mejilla y decidimos sumergirnos juntos en el agua.
Will me ahogó y con ello hizo que saliera mi punto de mal humor, mi pelo, el maquillaje, odiaba esa espontaneidad suya, me acerqué a las escaleras para salirme, es más me había metido hasta con el vestido,  pero Will una vez más me cogió por la cintura. Giré para pedirle que me soltara, no tenía ganas de estar en la piscina. Me giré y lo primero que vi fue su sonrisa, una sonrisa que ni yo ( o al menos eso creía) podía borrar, tomándoselo todo tan alegremente, me derretía.
Cat- Tonto..- le dije finalmente iniciando una guerra de agua. Luego le pedí que saliéramos, la piscina estaba cerrada y nos buscábamos un buen castigo estando allí a esas horas.
Fue la primera vez que me callaron con un beso.
Me arrastró hasta llegar debajo de un puente, de uno con cientos de inscripciones de fechas, de iniciales…
A pesar de estar mojado, Will conservaba el pelo de punta, sus ojos en la oscuridad seguían siendo increíbles y encima se había deshecho de su camiseta.
Me eché el pelo hacia un lado y me limpié un poco los ojos de pintura, mientras todo mi ser estaba hipnotizado en su mirada. Maldito brujo.
Confirmé lo que anteriormente le había escrito a Selena. Me encontraba a gusto con él. Era una especie de novio, pero aparte era un amigo, me escuchaba, me hablaba , me comprendía.
Aparté mi mirada para posarla en mi vestido, se me transparentaba la ropa interior, pero la verdad que no me importaba.
Rodeé su cuello con mis brazos, iniciamos un duelo de miradas, empezó a tontear con mi nariz, dándome besos de esquimal, de enanitos, refugiándose en mi cuello, abrazándome, me besó en la frente, y en ese instante sentí morir…de amor. Sentí que mi alma subió al cielo y que ya apenas era consciente de lo que hacia y dejaba de hacer.
Empecé a tener calor, mucha. Me acorraló contra una pared y no me dejaba escapar, tampoco quería. Nuestro besos cada vez eran más intensos, menos delicados.
Salimos del puente, yo seguía contra la pared, sus labios comenzaron a deslizarse por mi cuello, por mi hombro, la clavícula.
Me sumergí, cerré los ojos y cuando salí Will intentaba quitarse los pantalones, lo frené. Yo también me había deshecho de mi vestido, pero no quise seguir. Se me erizó la piel al contacto con la suya y todo terminó cuando noté que sus labios iban más abajo de mis hombros. Le aparté la cara con delicadeza y solo le abracé, en ese momento ya no quería nada más que eso. Un deseo me hacía aferrarme a él, cuerpo con cuerpo y piel con piel, como nunca antes había estado con nadie.
Podría haber llegado a más, pero no era  la situación, ni el lugar, ni siquiera era el momento, apenas conocía a Will. Me importaba de verdad y necesitaba conocerlo antes de lanzarme de cabeza al azul de sus ojos.