Al cabo de
dos minutos llegamos al punto en el que habíamos quedado con Mark. Bajo una
farola con poca iluminación, se encontraba puntual, un hombre sonriente. Al vernos,
o mejor dicho al ver a mamá, su sonrisa aumentó.
La estrechó
entre sus brazos y luego , cordialmente, me dio dos besos.
Mi primera
impresión de él fue buena. A pesar de que las ganas de conocerle iban
desapareciendo a cada segundo. Era alto, metro ochenta, castaño, bastante
morenito y tenía los ojos claros.
Mientras
caminábamos por el paseo Mark nos contaba anécdotas, experiencias y mil cosas
más. Era un hombre inteligente, vividor, y se veía seguro consigo mismo , y eso
,era bueno para mamá. Tendría unos cuarenta y tantos…
Nos llevó a
una pizzería típica de Australia, ‘’Hell pizza’’. Y allí comenzaron a conversas
animadamente, participando ambos en la conversación, riendo, corrigiéndose…yo
apenas hablaba, apenas existía, lo único que me apetecía era dejarlos solos con
su complicidad y llamar a una amiga, a alguien.
Cat-
Mamá…Voy al baño-
Bah, ni
siquiera me escuchaban. Me acerqué a la barra y con un perfecto inglés pedí las
llaves del servicio.
Listen to me, there’s only one thing you cannot see every time you talk… Era el nuevo tono de llamada de mi BB, Stop the clocks. Alguien me llamaba.
Cat- ¿Si?
X- Catri, ¿Dónde estás?, tengo ganas de verte.
Cat- Will!, yo también, hoy necesito a alguien…
Will- ¿Pasa algo? ¿Estás bien?
Cat- Sí, no pasa nada, estoy en un restaurante
con mamá y Mark, ven a recogerme.
Will- ¿Mark? ¿Quién es? ¿Un chico?
Cat- Si, es un chico,pero el problema es que es el chico de mamá.
Cat- Si, es un chico,pero el problema es que es el chico de mamá.
W- Ah… vale, paso a por ti.
Cat- Estoy en Hell pizza, no tardes, Te quiero.-
Colgué sin dejarle tiempo a responder. Y caminé de nuevo esquivando mesas y
gente hasta que llegué a mi mesa. Intenté no hacer ruido al retirar la silla
para sentarme, pero me fue imposible.
Cat- Perdonad si interrumpo algo…
Mark- No interrumpes nada Catrina.
Cat- Puedes llamarme Catri, es más informal y me
gusta más.
Mark- Como quieras Catri…-Dijo sonriendo.
Le devolví la sonrisa.
Intentaba caerme bien, lo sabía desde el primer
momento que lo ví. Miré a mamá, sonreía.
Cat- Por cierto mamá va a venir Will a por mi,
vamos a ir a dar un paseo…
Salí a la puerta justo en el momento en el que
Will entraba.
W- ¿Quieres que vayamos a la playa?
Cat- Que remedio.. No hay otro lugar.
W- Podríamos ir a tu habitación.
Cat- Ya…-dije riéndome, sin tomarle en serio.
W- ¿Crees
que va en broma?- dijo mirándome.
Aquella
situación me comenzó a inquietar. Esa conversación y esa situación. ¿Qué me
estaba sugiriendo? Si yo era una cría, madre mía, estaba de vacaciones para
pasarlo bien y lo único que hacía era darle vueltas a la cabeza, y más por él
que por otra cosa.
Pero sin
embargo le miraba y uf…. Es como si el mundo desapareciera.
Cat-
¿Quieres ir?- contesté finalmente, con tono comprensivo.
W- Jajajaja-
Will se empezó a reir-Que tonta, te has puesto nerviosita eh…- me dijo estrujándome
una mejilla.
Cat- Ai,
eres idiota.
W- Pero
ahora enserio Catri, ¿quieres que hablemos del tema?
Cat-La
verdad es que no…
No me
apetecía para nada hablar del tema con él, ya me costaba hacerlo con mis
amigas…
Will paró de
andar un instante. Me paré a ver qué pasaba, no sabía porque se había parado en
seco. Entonces lo miré a los ojos, y ahí estaba él. Mi Will, dulce,
comprensivo, sonriéndome.
W-Ven aquí
anda.
Me acerqué.
Seguía sonriendo me estrecho entre sus
brazos…Me apretó con mucha fuerza y yo hice lo mismo, nos fundimos en uno, fue
un abrazo de comprensividad, de decir, aquí estoy yo para protegerte, no te
preocupes… fue un abrazo que nunca olvidaré.
Luego
empezamos a caminar uno apoyado en el otro, abrazándonos, y sin un rumbo fijo,
el destino nos llevó a mi hotel.
Eran más de
las doce y estaba casi desierto. La gente a esa hora dormía o paseaba por la
playa o estaba en el bar del hotel. Nosotros nos dirigimos a la piscina.
W- Nunca me
había fijado, pero este hotel es inmenso.
Cat-Bueno…tiene
la ventaja de tener tres piscinas, una más expuesta y luego ésta, que es más
escondida, es más intima, no sé, está bien.
W-Está
perfecta-dijo acercándose por la espalda y rodeándome con sus brazos por la
cintura.
Me arrastró
hasta el filo de la piscina dónde nos sentamos. Apoyé mi cabeza en su hombro,
me besó la mejilla y decidimos sumergirnos juntos en el agua.
Will me
ahogó y con ello hizo que saliera mi punto de mal humor, mi pelo, el
maquillaje, odiaba esa espontaneidad suya, me acerqué a las escaleras para
salirme, es más me había metido hasta con el vestido, pero Will una vez más me cogió por la
cintura. Giré para pedirle que me soltara, no tenía ganas de estar en la
piscina. Me giré y lo primero que vi fue su sonrisa, una sonrisa que ni yo ( o
al menos eso creía) podía borrar, tomándoselo todo tan alegremente, me
derretía.
Cat-
Tonto..- le dije finalmente iniciando una guerra de agua. Luego le pedí que
saliéramos, la piscina estaba cerrada y nos buscábamos un buen castigo estando
allí a esas horas.
Fue la
primera vez que me callaron con un beso.
Me arrastró
hasta llegar debajo de un puente, de uno con cientos de inscripciones de
fechas, de iniciales…
A pesar de
estar mojado, Will conservaba el pelo de punta, sus ojos en la oscuridad
seguían siendo increíbles y encima se había deshecho de su camiseta.
Me eché el
pelo hacia un lado y me limpié un poco los ojos de pintura, mientras todo mi
ser estaba hipnotizado en su mirada. Maldito brujo.
Confirmé lo
que anteriormente le había escrito a Selena. Me encontraba a gusto con él. Era
una especie de novio, pero aparte era un amigo, me escuchaba, me hablaba , me
comprendía.
Aparté mi
mirada para posarla en mi vestido, se me transparentaba la ropa interior, pero
la verdad que no me importaba.
Rodeé su
cuello con mis brazos, iniciamos un duelo de miradas, empezó a tontear con mi
nariz, dándome besos de esquimal, de enanitos, refugiándose en mi cuello,
abrazándome, me besó en la frente, y en ese instante sentí morir…de amor. Sentí
que mi alma subió al cielo y que ya apenas era consciente de lo que hacia y
dejaba de hacer.
Empecé a
tener calor, mucha. Me acorraló contra una pared y no me dejaba escapar,
tampoco quería. Nuestro besos cada vez eran más intensos, menos delicados.
Salimos del
puente, yo seguía contra la pared, sus labios comenzaron a deslizarse por mi
cuello, por mi hombro, la clavícula.
Me sumergí,
cerré los ojos y cuando salí Will intentaba quitarse los pantalones, lo frené.
Yo también me había deshecho de mi vestido, pero no quise seguir. Se me erizó
la piel al contacto con la suya y todo terminó cuando noté que sus labios iban
más abajo de mis hombros. Le aparté la cara con delicadeza y solo le abracé, en
ese momento ya no quería nada más que eso. Un deseo me hacía aferrarme a él,
cuerpo con cuerpo y piel con piel, como nunca antes había estado con nadie.
Podría haber llegado a más, pero no era la situación, ni
el lugar, ni siquiera era el momento, apenas conocía a Will. Me importaba de
verdad y necesitaba conocerlo antes de lanzarme de cabeza al azul de sus ojos.