martes, 21 de febrero de 2012

Toda historia tiene su comienzo, y el de la nuestra no iba a ser menos.

Empezó siendo una de tantas locuras que hacemos, como un simple juego para no aburrirse en clase. 
En la típica hoja del final de la libreta que todo el mundo tiene con dibujos, corazones, iniciales, nombres o rollas, nosotras empezamos a escribir. No estaba nada claro y nada iba enserio. ¿Unos personajes? Vamos a empezar con una chica, como nosotras, con los mismos miedos, las mismas metas, las mismas ilusiones, los mismos sueños, las mismas dudas. ¿En qué época del año? Pues en verano. Esa ansiada y esperada estación que tanta ilusión crea en todos. Esos meses en los que nos volvemos locos, conocemos gente, dejamos un poco de lado los estudios para centrarnos en disfrutar, para estar con la familia, para recorrer mundo, para ir de vacaciones. ¿En qué sitio? Una piscina no está mal, pero ahí apenas tienes posibilidad de conocer gente nueva, en una piscina se suele estar con los amigos; mejor en la playa, donde no conoces a nadie, donde te diviertes con la arena, buceando, haciendo surf...
¿En qué lugar del mundo? Busquemos uno fantástico, que cree emoción, del que la gente apenas sepa, algo exótico. Un lugar para soñar, algo así como Australia.
Y, ¿cómo podemos empezar a escribir nuestra historia? Fácil, ¿cuál es el pensamiento que siempre ronda la cabeza de un adolescente? ¿Cuando no nos dejan salir, cuando nos obligan a estudiar, no nos dejan ir de compras, ni salir hasta tarde, cuando te comparan con los demás, cuando vigilan todo lo que haces, te piden que bajes el volumen a la musica que estas escuchando o simplemente cuando te llevan la contraria en algo? Que mi madre es gilipollas. Sí. Eso mismo.




Este fue nuestro comienzo. 
El comienzo de algo que nos unió mas de lo que ya lo estábamos, que selló nuestra amistad y que hizo que ya tenga asegurada un para siempre.

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